En esta imagen que parece mas una pintura correspondiente a la edad de la ira de Guayasamin, observamos el ojo derecho lleno de secreción purulenta, y en el recuadro a colores la cornea con nubecula secuela de ulcera corneal afortunadamente curada como muestra la falta de tincion por la fluoresceina, su otro ojo exhibía cambios idénticos en el dioptro principal del ojo, en la parte inferior de la foto los dedos deformados por el trabajo intenso en faenas agrícolas en el páramo, exhiben falta de higiene, causa de la recurrencia de las infecciones en sus ojos. A propósito de este caso, conviene destacar la importancia de las elementales medidas higiénicas, lavar las manos frecuentemente nos libra del riesgo de contaminar nuestros ojos con bacterias, hongos o virus, la practica de este saludable habito nos libra también de la posibilidad de contaminar nuestros ojos con substancias químicas nocivas que hallamos tocado y que pueden dañar los delicados tejidos oculares si entran en contacto con ellos. En esta época de peligrosas epidemias virales, la vigencia de estas precauciones es mas que nunca valida y muy efectiva. Lave sus manos cada vez que entra en contacto con líquidos corporales que provienen de otras personas o sospecha que sus manos se contaminaron con algún contaminante biológico o químico, es tan efectiva esta estrategia que puedo dar fe como oftalmologo profesional con 25 años en practica, a pesar de haber visto miles de pacientes con conjuntivitis, nunca me he contaminado, y espero no hacerlo para lo cual mantendré el ritual de lavado de mis manos, usted haga lo mismo y evite infecciones.
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